Hoy es uno de esos días en los que parece que no tenía que haber salido de casa, desde anoche, mejor dicho, me tendría que haber metido en la cama para no salir. Para pasar el tiempo que me queda soñando con días más felices, con aquellos momentos en los que la vida no dolía.
Años han pasado a mi alrededor, pero yo permanezco parada en mi línea del tiempo, parecía que mi vida iba a ser devuelta al camino, pero como en tantas ocasiones todo fue un espejismo.
Estancada, dolida y sola, esta es mi situación. Las personas fuertes tenemos estas cosas, que todo pesar lo llevamos en el interior.
Me dan ganas de gritar, de patalear y de ponerme a pegar a la pared, pero no voy a conseguir nada con ello, para mi no existe ni el alivio de quien termina de derramar sus lágrimas.
Aparecen fantasmas en mi vida que no dejan de recordarme aquellos tiempos mejores, aquellos días en los que podía sonreir, en los que era feliz. Pero por más tiempo que pasa parece que nunca volverán, que mi situación actual nunca va a cambiar, y los fantasmas que siguen apareciendo.
El mallor de mis pesares es el seguir recordando, la memoria que tanto valoran algunos es la que me lleva a la desesperación, el recordar una sonrisa, una caricia o incluso un beso. Recordar lo que tenía y lo que perdí. Recordar que el tiempo parece pasar para algunos, ver como a mi alrededor las personas avanzan en su vida, en sus aspiraciones y sueños, pero yo sigo atascada, inmovil....
-"Ya queda un día menos" Es mi frase de consuelo, pero ¿qué tipo de consuelo es el quedarte esperando? ¿Qué consuelo puede darme el pensar que el tiempo sigue pasando?
Años de trabajo en labrarme un futuro han comenzado a dar sus frutos, ¿Pero de qué me sirve tener un futuro para no tener una vida? Tanto esfuerzo, tanto trabajo y solo siento todo lo que me falta. Las vueltas del destino que hacen que un día lo tengas todo y al siguiente te sea arrebatado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario