Es curiosa la manera que, sin querer, tienes para ocupar mi mente. Hace unas semanas te escribí con la única finalidad de liberar, pero tras tu visita de ayer vuelves a provocar en mi más preguntas.
Eres capaz de ver en mí cosas que nadie más ve, aprecias diferencias que nadie más aprecia y consigues que yo misma tenga que hacer autoanálisis para averiguar el porqué de ello.
En un mensaje me escribiste que era más dulce cuando escribia que cuando hablaba, me dejaste patidifusa la verdad, en ese momento no tenía claro el motivo, pensé que se debía a el cuidado en la elección de mis palabras a la hora de escribir que no tengo mientras hablo, pero no es así, ayer me di cuenta de que la diferencia no se encuentra en si hablo o escribo, si no en si te hablo o te escribo a ti.
Me he dado cuenta de que contigo guardo la distancia, me mantengo dentro de mi zona de control y encierro cualquier cosa que pueda provocar salirme de mi lugar, me quedo en la posición analítica, tal vez incluso fría y distante, y lo hago por seguridad, por mi propia seguridad, tienes una personalidad que me da miedo, por un lado tienes rarezas que cada día me llaman más la atención y por otro lado una forma de actuar que no comprendo y luego para no dejar de sorprenderme me pongo a escribir sobre ti, el conflicto interno parece manfestarse
Tu capacidad es asombrosa para ver más allá , de percibir pequeños cambios en los demás, por lo menos en mi ¿Pero qué hay de ti? Pareces tener claro lo que quieres del futuro, lo que anelas pero no consigues y aun así no haces más que buscar en los mismos lugares, personas cortadas por el mismo patrón que no te aportan lo que deseas, pero sigues insistiendo, no terminas de salir de una situación que no te llena y parece que ya estás buscando la siguiente que tan poco te va a aportar. No puedo entender el porqué de seguir dándote cabezazos contra la misma roca teniendo esa curiosa visión parece que no la dirijas hacia ti. Y por esto no soy capaz de mostrarte quien soy. Por un lado pareces tener las cosas muy claras pero por otro lado no pareces entender que necesitas para conseguirlas.
Con el tiempo he aprendido que escribir me ayuda con todos esos raros pensamientos que me perturban, nunca me ha servido hablar y aunque sigo trabajando en mejorar eso, yo soy más de guardarlo todo muy profundamente, cuando escribo dejo abiertas las puertas de todos esos muros con los que me he blindado, dejo salir todo lo que llevo dentro, escribo para ordenar he intentar entenderme a mi misma. La dulzura la llevo dentro, siempre he sido dulce, cariñosa, tímida aunque suene raro, pero la vida te enseña que no todo se ha de mostrar, que el clavo que sobresale es el que más golpes recibe así que una aprende a enterrar quien es, para dejar ver las partes que se ajustan a los canones del mundo en el que vivimos.
Anoche lo entendí, efectivamente contigo no soy yo, no soy completamente yo, una ínfima parte de lo que soy es lo que estoy mostrando, enterré todo lo mejor que tengo a espensas que alguien se atreviese a destruir las murallas autoimpuestas, alguien que demostrase su valor para ayudarme a enfrentarme contra mis demonios.

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